viernes, 3 de junio de 2016

ANASTROFE




El término anástrofe procede del griego ἀναστροφή ‘vuelta atrás’, ‘inversión’. La anástrofe es una figura de dicción, de retórica,  consistente en la inversión del orden usual, sintáctico,  de dos o más palabras inmediatamente sucesivas, que pueden ser sujeto y predicado, verbo y complemento, sustantivo y atributo. Hay que tener en cuenta que en castellano la posición de las palabras es muy libre, y por tanto deberemos ser cuidadosos con la identificación de esta figura; por otro lado, en muchos casos apenas se distingue del hipérbaton, pero, a diferencia de éste, no implica la intercalación de elementos entre las palabras inmediatamente sucesivas  (en realidad, no sería erróneo considerar la anástrofe como una mera variedad del hipérbaton). Esta figura se conoce también con el nombre latino inversio.

Ejemplos:

Colgate el mal aliento combate.
(Anuncio de dentífrico; en este caso se ha variado el orden objeto directo+verbo en vez de verbo+objeto directo para favorecer el sonsonete publicitario).

Era del año la estación florida.
Luis de Góngora(1561-1627)

túnicas crujen, y alas en bolina
rubia velas inscriben al sur claro.
Rafael Alberti

 "A Luis Marta besa" hay anástrofe del complemento directo” A Luis”.


Ejemplos de Anástrofe:
Anástrofe = ansioso solo el camino descubría
Normal = Descubría ansioso solo el camino

Anástrofe = Dureza mostraba a la vida argüida
Normal = Demostraba dureza a la argüida vida

Anástrofe = A Dios rogando y con el mazo dando
Normal = Rogando a dios y dando con el mazo

Anástrofe = De mujeres calor recibir y derrochar amor.
Normal = Recibir calor de mujer y derrochar amor.

Anástrofe = Mendieta al hombre vistiendo siempre con distinción.
Normal = Mendieta vista al hombre siempre con distinción.

Anástrofe = Especial fortuna la conducta del hombre
Normal = La conducta del hombre es una especial fortuna.

Anástrofe = Gran fortuna la vida tiene y beneficios otorga.
Normal  = La vida tiene gran fortuna y otorga beneficios.

Anástrofe = Gusta amor cariño sobre en la vida
Normal = En la vida sobre cariño y gusta el amor

Cuando amor grita, sentimientos duelen
Cuando grita amor duelen sentimientos

El Dolor acumula, si trabajo tiene
Si tiene trabajo el dolor acumula

Herido el corazón tiene
Tiene herido el corazón

Herido corazón tiene en la vida
Tiene en la vida el corazón herido

Traición fuerte en la guerra hay
Hay en la guerra traición fuerte

Vasto dolor la vida representa
La vida representa vasto dolor

Gran firmeza el soldado expresa
El solado expresa gran firmeza

Una empresa magna existe en el mundo
En el mundo existe una magna empresa

Los zapatos finos, perfecto aseo tienen
Tienen perfecto aseo los zapatos finos

La gran victoria es la que sin sangre se toma
La gran victoria es la que se toma sin sangre

Respetar debes si respeto quieres
Debes respetar si quieres respeto


Anástrofe en la lengua clásica:
En las lenguas clásicas, donde el orden de las palabras es relativamente libre, no resulta fácil determinar el alcance de la anástrofe. Así, los elementos más frecuentemente afectados por esta inversión del orden usual de palabras son marcadores o conectores sintácticos o textuales, sobre todo, preposiciones y conjunciones. Estas partículas, en vez de situarse al inicio del sintagma o de la oración, retrasan su posición uno o dos lugares.
La anástrofe de preposición es la más común, sobre todo cuando ésta rige un sintagma nominal complejo:
intellectum est (…) equites autem magno cum periculo proelio dimicare
 Se comprendió (…) que los jinetes combatían corriendo un gran peligro.
 (César, Guerra de las Galias 5, 16)


his de causis ego huic causae patronus exstiti
Por esto motivos me he presentado como defensor de esta causa.
 (Cicerón, En defensa de Roscio de Ameria  1, 5)


errabant acti fatis maria omnia circum
 andaban errantes, empujados por los hados a dar vueltas por todos los mares. 
 (Virgilio, Eneida 1, 32)


aequam memento rebus in arduis  servare mentem (…)
 acuérdate de mantener sereno el ánimo en los momentos difíciles.
 (Horacio, Oda 2, 3)


La anástrofe de conjunción, menos frecuente, responde comúnmente a motivos métricos y estilísticos:

Aspice venturo laetantur ut omnia saeclo!
 ¡Mira cómo se alegra todo ante el siglo que ya se acerca!
 (Virgilio, Égloga 4, 52)
Particularmente significativo es el siguiente ejemplo del poeta Catulo en el que el retraso de la conjunción adversativa sed a la segunda posición, y la consiguiente inversión del orden sintáctico, parece responder a la voluntad de trasladar al propio texto el estado de confusión fruto del enamoramiento del autor:
lingua sed torpet
 mas se me traba la lengua

(Catulo, Poema 51, 9)
En las lenguas modernas, la anástrofe abarca un ámbito más amplio que en las lenguas clásicas, dado que el orden de palabras está más fijado. Así, no son necesariamente los conectores sintácticos los elementos afectados en esta inversión del orden usual de las palabras de una secuencia, sino que distintos constituyentes sintácticos de una sucesión pueden verse sometidos a un cambio de orden de sus respectivas posiciones en la cadena del discurso, sin que se vea no obstante alterada la relación de contigüidad, ya que resulta necesaria para percibir sus vínculos semánticos y sintácticos.
Normalmente el uso de la anástrofe obedece a la voluntad de causar determinados efectos melódicos o métricos, o bien tiene como finalidad poner énfasis en la secuencia cuyo orden habitual se ha visto invertido.
l'altro per sapïenza in terra fue 
 di cherubica luce uno splendore.
(Dante, Paraíso XI, vv. 38-39)


La tercera manera y razón manda y veda que ninguno no debe usar ni querer de mujeres amor …
 (Arcipreste de Talavera, Corbacho 1, 3)


POMPEYO : (…) It only stands 

our lives upon to use our strongest hands
 (Shakesperare, Antonio y Cleopatra II, 1, vv. 676-677)


Cerrar podrá mis ojos la postrera
 sombra que me llevare el blanco día,
 (Quevedo, Amor más allá de la muerte, vv.1-2)


Y el artífice labra omnipotente
 de estrellas doce espléndida corona,
 (Jáuregui, Sois nueva esfera, o Virgen, que la mente, vv. 5-6)


Tot oblidant els morts
i l'ombra llur, reial i d'un bell tors.
 (J.V. Foix, Saber narrar, en llenguatge vigorós, vv. 6-7)


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